Aunque existen numerosos testimonios medievales de la secta de los hashishim (asesinos) y de su líder “el viejo de la montaña” en el Oriente medio de las Cruzadas, lo cierto es que la popularidad del relato en la Europa occidental se debe en gran medida al libro de las Maravillas de Rustichello de Pisa que cuenta los viajes de Marco Polo y que éste supuestamente le habría trasmitido oralmente, aunque la difusión mayoritaria de la obra se produce algo más tarde en el siglo XV. Posteriormente en el siglo XIX debido al interés por Oriente se extendió la información sobre esta secta cuyo origen podemos situar en el cisma ocurrido en el Islam a la muerte del profeta Mahoma.
En el relato del libro de las maravillas y en algunos documentos medievales se sugiere que el nombre de los hashishim proviene del consumo de hachís por parte de los miembros de la secta para cometer sus crímenes, algo realmente improbable, dado el tipo de efectos de la droga que resulta incompatible con la meticulosidad y audacia de los asesinatos, fundamentalmente políticos, y en gran medida por encargo, que perpetraban. Otras fuentes indican que las drogas, el acceso a las huríes y otro tipo de recompensas formaban parte de una estrategia de adoctrinamiento de los sicarios por parte del viejo de la Montaña que conseguía una obediencia ciega de sus seguidores rayana en el fanatismo, versión esta que ha llegado hasta nuestros días como la más popular y extendida.
Hassan-i Sabbah pide a sus fieles suicidarse, dibujo de Pierre Méjanel. Fuente Wikipedia
El origen de la secta
Tras la muerte de Mahoma en el año 623 se produjo un auténtico cisma en la Ummah la comunidad de los creyentes del Islam creándose un antagonismo religioso a ultranza entre dos facciones que ha llegado hasta nuestros días: De una parte los partidarios de Alí ibn Abi Talib familia del profeta (Chiitas) y de otra encabezados por el suegro de Mahoma Abu Bakr, los que pensaban que podía ser líder cualquier miembro de la tribu de Mahoma (Sunnitas o devotos de la Sunna, colección de dichos y hechos atribuidos al profeta Mahoma)
Poco a poco los chiitas fueron apartándose de la mayor ortodoxia sunnita haciendo una interpretación diferente de la lectura del Corán que tuvo mucha aceptación entre los musulmanes no árabes, especialmente en Persia.
En el siglo IX una facción chiita, los Ismailies se organizaron creando una sociedad revolucionaria diseminando su doctrina esotérica por todo el Islam a través de predicadores e intelectuales de prestigio llegando a conquistar Túnez y Egipto extendiéndose hacia Palestina y Siria creando el Califato Fatimí. Se caracterizaban por una mayor tolerancia religiosa y su pasión por el conocimiento frente a sus enemigos Selyúcidas la facción sunnita más radical.
Hasan ibn Sabbah
Hasan-i-Sabbah de origen persa y estudioso del Corán estableció relación a sus diecisiete años con uno de estos misioneros ismaelíes creándole un fuerte impacto que le hizo convertirse a las tesis Ismailitas. Su carisma y personalidad pronto le convirtieron en uno de los líderes de la secta y con una multitud de seguidores a los que años más tarde se les conocería como Nizaríes, en el año 1090 tomó la fortaleza escarpada de Alamut (Aluh Amujt o nido de águilas) en el actual Irán, convirtiéndolo en su principal bastión y centro de operaciones. Como líder carismático pronto empezó a ser conocido como el viejo de la montaña y sus seguidores bajo órdenes específicas empezaron a sembrar el terror con sus asesinatos selectivos de líderes políticos y religiosos principalmente sunnitas y cristianos.
A principios del siglo XII puso sus miras en Siria y Palestina a raíz de la conquista en 1099 de Jerusalén por parte de los cruzados estableciendo con estos relaciones complejas unas veces como enemigos y otras como aliados hasta el punto de convertirse en sus mejores clientes en asuntos de asesinatos políticos e incluso llegaron a pagar tributo a los Templarios.
Miniatura del Libro de las Maravillas. Siglo XV. Biblioteca Nacional, París. Fuente Wikipedia
Rashid ad-Din Sinan
Rashid ad-Din Sinan era de origen iraquí y nació alrededor del año 1134. De joven fue instruido en la fortaleza de Alamut donde pronto destacó por su inteligencia. Fue enviado a Siria y en poco tiempo se hizo con el control de los nizaríes de la zona. Se dice de él que era un hombre virtuoso, un asceta y sus seguidores creían que tenía el don de la profecía y poderes sobrenaturales.
Rashid ad-Din Sinan al igual que sus antecesores era conocido por todos como el “viejo de la montaña”, el líder de la secta de los Nizaríes a los que se llamaba popularmente al-hashishim. No era el primero con ese apodo y de hecho no residía en la mítica fortaleza de Alamut. Pero cuando se convirtió en líder de la secta a los cuarenta y cuatro años pasó a ser el “viejo de la montaña” aun cuando entonces no era tan viejo, ni residía en una montaña.
El castillo de Masyaf estaba construido sobre una roca en el entorno de una llanura, muy cerca de la costa de Siria y era el epicentro de enseñanza e instrucción de los fedayines, seguidores fanáticos de la secta capaces de matar y morir por su líder a quien obedecían incondicionalmente. El castillo había sido construido por los bizantinos y sus anchos muros de piedra proporcionaban un agradable frescor en los calurosos veranos de estas tierras.
Ruinas del castillo de Masiaf. Fuente Wikipedia
Reproduzco a continuación un breve fragmento de mi novela “La doncella en la nieve” donde aparece este personaje y se explica el enfrentamiento con Saladino, su poderoso enemigo:
Rashid descansaba en una pequeña sala de lectura anexa a la biblioteca, enfrascado en la lectura y el estudio de los textos islámicos. Había cumplido sesenta años y apenas veía por su ojo derecho, por lo que a veces se hacía leer aquellos textos que no se sabía de memoria. Era un sabio erudito y sus seguidores le atribuían conocimientos sobrenaturales que habían agrandado su leyenda, hasta el punto de considerarlo un profeta. Su salud había empeorado notablemente y sabía que no le quedaba mucho tiempo de vida, pero encaraba la muerte con la serenidad del creyente.
Rememoraba cuando se hizo cargo de la secta y tuvo que afrontar la primera crisis. Los Nizaríes eran ismaelitas, una de las corrientes Chiítas del Islam y estaban enfrentados por cuestiones ideológicas y religiosas a la corriente sunnita mayoritaria. Saladino era de origen kurdo y sunnita devoto y cuando se convirtió en sultán de Egipto y Siria creando la dinastía Ayubí , pretendió unificar política y religiosamente sus dominios, lo que lo convirtió en enemigo declarado de los Nizaries que atentaron fallidamente dos veces contra él. Viendo el fanatismo de la secta, Saladino decidió atajar de raíz el problema y asedió el castillo de Masyaf donde se encontraba Rashid el nuevo líder Nizarí. La fortaleza hubiera caído sin remedio, pero el “viejo de la montaña” envió a uno de sus fedayines, quien sigilosamente entró de noche en la tienda de Saladino a pesar de estar custodiada y dejó encima de la cama un puñal y un poema, cuyo contenido era una advertencia. Saladino no se dejó impresionar, pero de forma pragmática comprendió que el brazo largo de los asesinos podía llegar a cualquier parte y abandonó el asedio.
El asesinato de Conrado de Montferrato (Príncipe de Tiro y Rey de Jerusalén 1192-28 abril de 1192)
A instancia de los nobles franceses, el rey Ricardo convocó el 13 de abril una asamblea de barones para que se votase quien ostentaría la corona de Jerusalén: su candidato y vasallo Guy de Lusignan o Conrado de Montferrato, a quien Ricardo consideraba su enemigo, confiando en que su apoyo decantaría la balanza por su protegido. Sorprendentemente, casi nadie votó a Guy de Lusignan por la mala fama que tenía y el estigma de haber perdido Jerusalén, así es que Ricardo cansado de la situación decidió aceptar aparentemente la votación, firmar la paz con Saladino y regresar a Inglaterra cuanto antes.
A los pocos días de haber recibido en Tiro la noticia de su elección como rey de Jerusalén se produjo el trágico suceso. Conrado venía de visitar a su sobrino Felipe de Dreux, el obispo de Beauvois, uno de sus más acérrimos partidarios y el oficiante de su boda con Isabel de Jerusalén, cuando dos de sus sirvientes se acercaron y le apuñalaron fatalmente. Los escoltas no pudieron evitar el crimen, aunque si mataron a uno de los sicarios y capturaron al otro, al que después de interrogar identificaron como uno de los hashishim del “viejo de la montaña” que vivía en el castillo de Masyaf, la guarida de la secta en Siria.
Pronto surgieron los rumores interesados de que Saladino estaba detrás del asesinato, aunque nadie creyó esa versión puesto que era un hecho conocido que Saladino era enemigo declarado de los nizaríes, ya que pertenecían a facciones enfrentadas del Islam y en su día sitió el castillo de Masyaf por haber atentado dos veces contra su vida. Por otra parte, los hashishim eran mercenarios a sueldo y pronto se generalizó la sospecha de que había sido el propio rey Ricardo quien había encargado el asesinato, algo que el obispo de Beauvois dijo públicamente, ya que no le cabía ninguna duda.
En los siguientes 50 años Los nizaríes cometieron otros muchos atentados contra dignatarios cristianos, pero ya el principio de su declive había empezado con la caída de la fortaleza de Alamut en 1256 por los mongoles y cuando desaparecieron de la Historia entraron en la leyenda.
Bibliografia y webgrafía
José Javier Esparza. Historia de la Yihad : catorce siglos de sangre en nombre de Alá. Madrid. La Esfera de los Libros
Juan Ignacio Cuesta. Breve historia de las cruzadas. Ed. Nowtilus
Jonathan Phillips. Vida y leyenda del sultán Saladino. Ático de los libros
Wikipedia. Nizaríes https://es.wikipedia.org/wiki/Nizar%C3%ADes
Enlaces de las imágenes
Imagen de portada: A moment of reflection, Tunis. 1888 . Eduard Charlemont