
Las fuentes renacentistas y las crónicas posteriores recogen numerosas anécdotas sobre aprendices que demostraban su destreza pintando una mosca tan verosímil que su maestro intentaba espantarla con la mano. Vasari, en sus ‘Vidas’, menciona episodios semejantes atribuidos a Giotto frente a Cimabue o a Mantegna en el taller de Francesco Squarcione . En el caso de Giotto un pintor y escultor del Trecento italiano muy precoz que comenzó su aprendizaje en el taller del maestro Cimabue, el artista más prestigioso de la época, cuenta Vasari que, en una ocasión que Cimabue estaba pintando un retrato, se ausentó del estudio un tiempo. A Giotto se le ocurrió pintar una mosca en la nariz del retratado que pintaba su maestro. Cuando volvió aquél al estudio continuó con su tarea sobre el lienzo y no hacía más que espantar la mosca, hasta que se percató de que estaba pintada
La historia funcionaba como metáfora del ingenio y la superación del discípulo frente a su maestro: un gesto simbólico de independencia artística.
Simbolismo y función de la musca depicta
Más allá de la anécdota, la mosca pintada cumplía funciones simbólicas complejas. Para los teóricos del arte del siglo XV, el realismo extremo era una demostración del dominio de la ‘mimesis’. Representar una mosca que pareciera real no era una travesura, sino una prueba de virtud artística. Además, la mosca tenía significados morales: podía representar la corrupción, la fugacidad de la vida o incluso el pecado. En contextos religiosos, su presencia sobre una Virgen o un santo recordaba la imperfección del mundo material frente a la pureza espiritual. Véase a modo de ejemplo “La virgen de la mosca”

Obras destacadas con moscas pintadas
Entre las obras más conocidas que incorporan la ‘musca depicta’, destaca el ‘Retrato de un cartujo’ de Petrus Christus (1446, Metropolitan Museum of Art). La mosca aparece sobre el marco pintado, creando un sorprendente efecto tridimensional que hace creer al espectador que el insecto se ha posado realmente en la pintura.

Otro ejemplo notable es la ‘Madonna con el Niño’ de Carlo Crivelli (ca. 1480), donde la mosca sobre el saliente del marco combina el simbolismo religioso con el virtuosismo técnico. Durante los siglos XVI y XVII, el motivo reapareció en bodegones flamencos y holandeses, como en las obras de Clara Peeters, Balthasar van der Ast y Ambrosius Bosschaert, donde las moscas se mezclan con frutas, copas o flores, reforzando la idea de la fugacidad de la belleza terrenal
Entre el engaño visual y la reflexión moral
El Renacimiento fue una época fascinada por la ilusión óptica. Desde los experimentos de perspectiva hasta los trampantojos arquitectónicos, el arte jugaba constantemente con la frontera entre la realidad y la representación. La mosca pintada se inscribe en esta tradición del trampantojo. Para el espectador renacentista, advertir la mosca y reconocerla como pintura era una experiencia intelectual: el deleite de ser engañado y, a la vez, de descubrir el engaño. Este juego visual se cargaba también de significados filosóficos: mostraba el poder del arte para competir con la naturaleza (‘ut pictura natura’), pero también recordaba que todo artificio humano es efímero (Panofsky, 1953).
La ‘musca depicta’ no fue un simple capricho o travesura, sino una metáfora del propio arte. En su pequeñez, esta mosca simboliza la tensión entre la ilusión y la verdad, entre el genio y la humildad del artista. Su supervivencia en los lienzos renacentistas y barrocos nos recuerda que incluso el más mínimo detalle puede contener un universo de significados, donde técnica, ingenio y moralidad se entrelazan. Así, lo que comenzó como una anécdota de taller se convirtió en una de las más finas expresiones del espíritu humanista.
Anexo: Obras con musca depicta (moscas pintadas)
Obra |
Autor / Fecha |
Enlace a la imagen |
Retrato de un cartujo |
Petrus Christus, 1446 |
https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Christus_carthusian.jpg |
Madonna con el Niño |
Carlo Crivelli, ca. 1480 |
https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Carlo_crivelli,_madonna_col_bambino,_V%26A,_1480_ca._01.JPG |
Naturaleza muerta con delicias |
Clara Peeters, 1607 |
https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Clara_Peeters_Stillleben_fly.jpg |
Cesta de frutas |
Balthasar van der Ast, ca. 1630 |
https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Balthasar_van_der_Ast_-_Basket_of_Fruit_-_WGA1038.jpg |
Jarrón de flores en una ventana |
Ambrosius Bosschaert, ca. 1618 |
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/6/6c/Ambrosius_Bosschaert_de_Oude_-_Vase_of_Flowers_in_a_Window_-_679_-_Mauritshuis.jpg |
Virgen de la mosca |
Desconocido |
https://es.wikipedia.org/wiki/Virgen_de_la_mosca |
Bibliografía
Chastel, A. (1983). Arte y humanismo en Florencia en la época de Lorenzo el Magnífico (Arte Grandes Temas) Cátedra https://www.amazon.es/humanismo-Florencia-Lorenzo-Magn%C3%ADfico-Grandes/dp/8437603277
Panofsky, E. (1953). Meaning in the Visual Arts. Chicago: University of Chicago Press. https://www.academia.edu/35167825/Panofsky_Erwin_Meaning_in_the_Visual_Arts
Rawlings, K. (2009). Painted Paradoxes: The Trompe-l’Oeil Fly in the Renaissance. Athanor, 27, 45–53. https://journals.flvc.org/athanor/article/view/126656
Vasari, G. (2006). Las vidas de los más excelentes arquitectos, pintores y escultores italianos. (Ed. 1568). Madrid: Akal.